jueves, 29 de enero de 2015
Tarta de Oreo casera
Como ya sabéis, no soy muy partidaria de la bollería y demás cosas industriales, prefiero intentar hacerlo todo yo de forma casera, así nos aseguramos de que el producto no lleva "cosas raras", lo único artificial que utilizo son las esencias de sabores (y a veces, ni eso) y los colorantes alimentarios, y también sabemos así que lo que hemos hecho no tiene tanto colesterol o cosas que en ocasiones no podemos comer por la razón que sea (gluten, huevos, lácteos...), ya que a veces podemos leer en las etiquetas "puede contener trazas de", y cuando pone "huevos", "leche" o "gluten", quizá no te asuste tanto como cuando pone "crustáceos"... Así que, siguiendo con la manía de hacer las cosas caseras como ya hice con las recetas de Pastelitos Pantera Rosa o Phoskitos caseros (por poner dos ejemplos), hoy le ha tocado el turno a la tarta de oreo. No sé cómo sabe la del preparado de la marca Royal porque no la he probado, pero os puedo asegurar que esta que me he inventado está buenísima!! Bueno, ahora ya sí os dejo con la receta, ah, y las fotos del paso a paso las tenéis en facebook.
Ingredientes (para un molde desmontable de 15 cm de diámetro):
- 20 galletas tipo oreo.
- 100 gr. de mantequilla.
- 250 gr. de queso crema tipo Philadelphia (una tarrina).
- 200 ml. de leche.
- 3 hojas de gelatina.
- 50 gr. de azúcar blanco.
Preparación
Para esta tarta no necesitamos el horno porque va a ser fría, así que podemos hacerla en un ratito. Primero separamos las galletas del relleno. Reservamos el relleno para luego y trituramos las galletas (con un mortero, con termomix o con la jarra de cuchilla de la batidora). Ahora fundimos la mantequilla y se la echamos a la mitad de las galletas, la otra mitad la guardaremos para cubrir la tarta al final.
Ponemos un círculo de papel de horno sobre la base del molde y lo cubrimos con la galleta mezclada con mantequilla, y prensamos con una cuchara. Ya tenemos nuestra base hecha.
Por otro lado, metemos las hojas de gelatina en agua fría para que se hidraten. Mientras, mezclamos el queso crema con el relleno de las galletas y lo reservamos.
Ponemos a calentar la leche con el azúcar en un cazo, pero no dejamos que hierva, sólo que se caliente un poco, lo justo para que se disuelva el azúcar y las hojas de gelatina, que habremos escurrido primero.
Mezclamos la mezcla del queso con la mezcla de leche, mejor con unas varillas manuales. Echamos esta mezcla al molde. Como está bastante líquido, algunas partículas de galleta se levantarán y quedarán flotando en el relleno, pero no importa, porque queda muy bien. Ahora metemos el molde a la nevera y lo dejamos unas 6 horas o toda la noche para que cuaje bien. Cuando lo saquemos, podemos cubrirlo con el polvo de galleta que habíamos guardado y podemos desmoldar la tarta con cuidado, ¡veréis qué pinta tiene! (y lo buena que está...)
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